Arcano XXI.

¡A ella! ¡Todo se lo debo a ella!
Desde su nombre hasta la esencia de su ser. Yazmín: tan bella como la flor que lleva su nombre. Yo diría que mucho más, esa flor no se compara con tan radiante belleza que es su persona. De ella me enamoré, de ella lo estoy, naufrago en su belleza, me pierdo en su dulce encanto, y el hermoso cielo de su espirito ilumina mi triste melancolía de su ausencia.
¡Todo lo llena ella!, ¡todo lo llena!, desde el ruido de su silencio hasta el calor de su fío, acapara todo lugar con su ausencia y mutila mi fe con esperanza. Ella wicca mía, hermoso demonio que en sus manos he caído. ¡Ella!, ¡La única!
Yazmín, hermosa musa, ella es la fuente de origen de todo hermoso y triste sentimiento. Ella es mi inspiración, ella lo es, y lo será mientras nos dure. ¡Ella!, la “niña buena”, por andar inmaculandose en la escena, ella discreta, sutil y encantadora, cual hermosa estrella en el cielo, inalcanzable.
¡Ella!, mujer con una tentadora sensualidad que cree que esconde. Sus besos son el mismo dulce néctar de la vida. ¡Su voz!... cuando escucho su voz puedo asegurar que existe Dios. ¡Ella!, ¡Mi Amor!
¡La amo!, más que a cualquier otra cosa en este mundo… porque ella me enseño lo que no aprendí de la vida, porque ella es la única flor que ha vivido más de 18 años y no se ha marchitado, es la única llama en mi corazón que lleva más de un año encendida y no se ha extinguido, porque olvidarla es recordar que es imposible, porque es ella la que le da un sentido a mi vida, porque ella me ama como yo a ella. ¡Ella!, ¡Mi Vida!
Ella es mi complemento: yo blanco, ella negro; ella se enamora con la cabeza, yo con el corazón; ella sutil, yo indiscreto; ella mujer, yo hombre.
¡Todo lo llena ella!, ¡todo lo llena! La amo a ella… mi arcano XXI, MI TODO.
Wicca mía, mi complemento...
Mi Musa.
"Pero, silencio... La hermosa Yazmín ¡Ninfa, en tus plegarias, jamas olvides mis pecados".