
Lo que se hace por amor, ¡caray!
La vería en la UNILA, le recogería en su escuela, y de ahí nos iríamos al centro, tal vez por un café, y después iría a dejarla a su casa. Sería perfecto.
Llevábamos planeándolo cerca de una semana.
¡Qué romántico!, el novio iría por su novia a su colegio, vería, tal vez, a sus compañeros, a sus amigas y me presentaría como “su novio”. El beso de llegada, por supuesto. Nos iríamos riendo todo el camino, contándonos como nos había ido en el día. Sería fabuloso.
Y por fin el día esperado llegó.
Yo salía de bachilleres cerca de las 12:00 p.m. (a las 11:50 a.m. para ser exactos). Tenía tiempo suficiente para tomar 3 rutas, o las que fueran necesarias, para llegar a la UNILA.
No me demoré un segundo, tan pronto salí abordé la ruta 8 con rumbo al centro. Todo iba bien, llevaba mi iPod así que iba escuchando música durante el camino.
Para ser honestos no sabía bien donde quedaba la UNILA, jamás había ido yo solo. Sabía que una amiga estudiaba allí, pero jamás había ido por ella. Así que me “informé” con mis amigos (con una amiga para ser exacta… mi ex novia ¬_¬)
-“La UNILA, que yo sepa, está cerca de Teopanzolco.”
Rayos, sabía que tenía que transbordar, que la escuela quedaba al lado de una autopista, pero no estaba seguro de que eso fuera verdad… o fuera mentira. Además semanas atrás pasamos cerca de allí y ella dijo que si seguía recta esa calle por la que íbamos se llagaba a su escuela.
Cerca del cantarranas ya nos sabia que hacer, estaba cerca de Teopanzolco, pero ¿si no era allí?
Decidí bajar de la ruta y caminar a Teopanzolco. Al parecer mis cálculos fallaron, tal vez en auto estaba cerca, ¡Pero no a pie!
A duras penas llegué a Teopanzolco. Pero maldita sorpresa; efectivamente había una universidad ahí , pero era la ULA (Universidad Latino Americana).
¡Rayos!, ahora a llamarla. No tenia crédito (¡Genial!) así que tuve que buscar un teléfono público, lo encontré cerca del Auditorio Teopanzolco. La llamé pero… ¡valla suerte! Estaba en clase, dijo que me llamaba en 5 minutos. –Ok- dije. No tenía a donde ir, conocía el lugar y a donde podía ir, pero ignoraba que tan lejos o que tan cerca estaba del colegio.
Caminé sin rumbo fijo por 5 minutos, esperando su llamada, al poco rato llegó un mensaje:
“Lo siento, no puedo llamar, camina a Plaza Cuernavaca y toma una ruta que diga GOBERNADORES y le pides que te baje en la UNILA, está cerca de Mambo Café, en frente del Mercedes Benz. Suerte, TKM”.
¡Rayos!, la caminata de 5 minutos fue muy bien aprovechada en celeridad, ya que había llegado al Melchor Ocampo y ahora a regresarme hacia Plaza Cuernavaca. Total, después de un rato llegué al lugar, pero ¡Oh, sorpresa! Estuve cerca de 20 minutos allí y la maldita ruta no pasaba… ¡Ninguna!
Ok, me serené un poco y al parecer Dios se apiado de mí en ese momento, porque llegó una ruta que decía GOBERNADORES.
- Va a la UNILA?
- Si
- Me deja allí, porfavor.
Y así me fui con rumbo a la “escuela prometida”.
Todo iba bien, decidí checar el mansaje que me mandó por si las dudas y leí “… está cerca de Mambo Café…” y justo en ese momento pasábamos por Mambo Café y creí que ya me había pasado (¬_¬) así que me bajé. Regresé a Mambo Café y no había nada… ¡Demonios!, había bajado antes. Caminé un largo tramo hasta que vi el letrero de Mercedes Benz, al fin… ¡Había llegado!
Y después de todo, a pesar de las tonterías y contra tiempos todo fue como esperaba: el Beso de bienvenida, las presentaciones, las risas en el camino… el día entero.
¡Lo que se hace por amor!... ¡Caray!